Cuando encontraron a dos cachorros, llamados Poppy y William, vagando juntos por las calles, pata con pata, apenas parecían perros, ya que estaban extremadamente desnutridos y les faltaba la mayor parte de su pelaje.
El público preocupado no podía soportar mirar a estos pobres perros en este estado, por lo que los llevaron rápidamente al veterinario local, quien luego los transfirió al cuidado de RSPCA.
Por el estado de estos cachorros, muchos creyeron que necesitaban cuidados intensivos. E incluso así, todavía no estaban seguros de si iban a lograrlo.
“Nos rompe el corazón recordar el momento en que fueron rescatados por primera vez: habían pasado por mucho trauma y estaban extremadamente retraídos y deprimidos. Estaba claro que habían sido utilizados para la reproducción y probablemente ya no cumplían su propósito antes de ser cruelmente abandonados”, dijo Hannah White, trabajadora de la sucursal de RSPCA Kent Isle of Thanet, en un comunicado de prensa.
Todos asumieron que estos mejores amigos tenían un largo viaje de recuperación por delante; sin embargo, demostraron que estaban equivocados.
En sólo tres meses, Poppy y William parecían perros nuevos.
“Hoy están llenos de frijoles y completamente irreconocibles”, añadió.
Estos dos adorables cachorros ahora están prosperando, recuperando por completo no solo su salud, sino también su suave y delicioso pelaje.
Se quedaron en una casa de acogida mientras recuperaban fuerzas, pero ahora buscan un hogar amoroso para siempre donde puedan pasar cada hora juntos.
“ Estos dos han pasado por muchas cosas juntos y están completamente unidos: William tiene muy mala vista, por lo que Poppy actúa como su perro guía además de su compañero; son completamente inseparables, por eso nos gustaría que los adoptaran juntos”, concluyó Hannah.
Estos dos adorables cachorros son una prueba viviente de lo que el amor y el afecto pueden hacer por un animal.
El hecho de que el personal no se rindiera con estos cachorros incluso cuando estaban en condición crítica muestra cuán dedicados están para asegurarse de que cada animal bajo su cuidado reciba el tratamiento adecuado que merece.
Poppy y William pasaron por muchas situaciones difíciles durante su vida, pero gracias a los increíbles esfuerzos de los amantes de los perros, estos cachorros ahora pueden vivir una vida de diversión, alegría y felicidad sin fin.
Estoy seguro de que en poco tiempo estos cachorros encontrarán un hogar definitivo que les permitirá vivir la vida que se merecen.
¡Buena suerte chicos!